Cuando los niños suspenden y sacan malas notas uno de los castigos más recurrentes es quitarles el deporte, el fútbol en este caso. A continuación vamos a intentar dar nuestro punto de vista sobre porque no debemos quitar entrenamientos o castigar sin deporte a nuestros hijos.
Antes de comenzar quiero destacar uno de los principios básicos para poder castigar a nuestros hijos: avisar. Avisar o advertirles sobre que conductas van a ser castigadas y la sanción que conllevan. Muchas veces olvidamos este hecho y pretendemos que los niños se responsabilicen de sus conductas sin haberles hecho conscientes, y si no conozco las consecuencias de mi conducta no puedo hacerme responsable de ella. Por lo tanto si queremos castigar debemos avisar sobre las conductas que van a ser castigadas (por ejemplo suspender más de tres asignaturas, decir palabrotas etc.) y cuál será la sanción (por ejemplo la retirada de un premio, no utilizar el ordenador, no ver la televisión etc.).
Entonces, ¿por qué no es bueno quitarles el deporte? Ya conocemos los múltiples beneficios que tiene la práctica deportiva para el desarrollo integral de los niños, cómo por ejemplo: la adquisición de hábitos de vida saludables, desarrollo de diferentes capacidades como la de trabajar en equipo, la relación entre iguales, la socialización etc. Estos son solo un pequeño ejemplo de la cantidad de beneficios que tiene para los niños, pero en este caso concreto quiero destacar sobretodo la importancia que tiene el deporte en su autoestima. En estas edades el deporte es una de las principales fuentes de autoestima para los niños debido a las relaciones que establecen con compañeros y entrenadores, la participación en una actividad en la que se sienten competentes y con la cuál disfrutan, en la que pueden desarrollar no solo sus habilidades y competencias deportivas sino también sociales, emocionales, personales etc. Quitar una fuente de autoestima como el deporte hace peligrar la estabilidad o equilibrio del niño y que el funcionamiento en otras áreas también se vea perjudicado. Un efecto similar también se produce cuando nos centramos exclusivamente en la vida deportiva de los niños y descuidamos otras áreas como la académica. Cuando, por diferentes motivos, la vida deportiva del niño llegue a su fin no tendrá nada más a lo que aferrarse. Por esto estudios y deporte deben ser actividades que vayan de la mano y no sean incompatibles entre sí.
El segundo beneficio que me gustaría destacar es que el deporte ayuda a que los niños aprendan valores como el esfuerzo, la responsabilidad y la disciplina. Valores importantes y necesarios también en otros contextos que tienen un papel fundamental en su formación, como puede ser el colegio. A través del fútbol los niños están asimilando estos valores y se están comprometiendo con ellos. Cuando los dejamos sin deporte disminuimos la responsabilidad que han adquirido con sus compañeros y entrenadores, el esfuerzo que realizan en cada entrenamiento y la disciplina necesaria para mejorar cada semana. De esta forma estamos influyendo de forma negativa en su adquisición, desarrollo y su trasmisión a otras actividades como estudiar, hacer los deberes… y a otros ámbitos como el colegio. Por tanto cuando hacemos que no vayan a entrenar por estudiar les estamos haciendo un flaco favor. Entre todos debemos lograr trasladar el desarrollo de estos valores propios del deporte y del fútbol a otras áreas importantes para los niños.
Y por último, ¿es el deporte la verdadera razón por la que nuestros hijos sacan malas notas o suspenden? La respuesta a mi entender es no. Sí que es cierto que el deporte requiere un tiempo y una dedicación, pero es perfectamente posible compaginar dos actividades como el fútbol y los estudios. Para poder llevarlo a cabo lo único que tenemos que hacer es ayudarles a que desarrollen habilidades y valores como la planificación del tiempo, organización, saber priorizar, auto-disciplina etc. Dicho esto, y aunque el fútbol no sea la razón de las malas notas o suspensos de los niños, también sería conveniente buscar sí existen otras causas que están afectado a nuestro hijo en el ámbito académico, como por ejemplo: falta de interés o motivación, una mala planificación u organización del tiempo, unos métodos de estudio inadecuados, problemas de concentración, problemas de comunicación entre padres e hijos, dificultades de aprendizaje etc.
Algunos consejos prácticos que os pueden ayudar en casa son:
- Buscar un lugar habitual y específico de estudio para vuestros hijos en el que existan los menos distractores posibles.
- Ayúdale a planificar y organizar su tiempo. ¿Qué es más efectivo gritarle que se ponga a estudiar o ayudarle a hacerlo? Establecer un horario y unas rutinas de estudio son estrategias que os ayudarán en este sentido.
- Motívale hacia los estudios. Conocer que es aquello que le motiva, le interesa, le apasiona… te permite poder trasladarlo a diferentes ámbitos como los estudios.
- Valorar los logros pero especialmente el esfuerzo refuerza su autoestima y su confianza respecto a su capacidad para los estudios. Del mismo modo ocurre en el deporte, en el cual deberíamos valorar más el esfuerzo que realizan y no solo un resultado. Al final los resultados tanto en los estudios como en el deporte serán una consecuencia directa de su esfuerzo y trabajo
- Aprender a comunicarnos de forma efectiva para buscar soluciones conjuntamente. No vale de nada gritar, castigar o imponer, lo verdaderamente efectivo es escuchar, llegar a entendimientos y buscar soluciones y alternativas que satisfagan a todos.
Desde el Club estamos adoptando las primeras medidas para que entre todos podamos buscar las mejores soluciones para los niños y logremos que dos actividades tan importantes para ellos puedan ser no solo compatibles sino también beneficiosas entre sí.
Álvaro Moreno Illueca. Área de Psicología del Deporte del Torrent C.F